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Hay ocasiones en que resulta muy difícil el poder describir una pasión, sobre todo cuando se trata de un auto. El transmitir la emoción que emana un automóvil puede ser en ocasiones una tarea difícil, ya que en ocasiones las opiniones pueden ser encontradas.
El Jetta GLX VR6, fue un automóvil que tuvo grandes aspiraciones con ambiciones deportivas muy bien definidas. Este modelo es aún admirado por muchos de sus atributos entre los que destacan su diseño, su tecnología, su comodidad así como su singular motor.
Otra de las características destacables es que el Jetta GLX marcaba el escalón más alto dentro de la gama del Jetta Mk4 con accesorios que sólo se podían encontrar en su hermano mayor el Passat.
El equipamiento de lujo era muy completo siendo esto una de sus cartas fuertes. Entre estos destacaban: un censor de lluvia, asientos y retrovisores con memoria, sistema de climatización electrónico, computadora de viaje y retrovisor interior anti-deslumbrante.
A lo largo de su vida comercial, el motor recibió algunos cambios los cuales contribuyeron a mejorar sus cualidades deportivas. La mecánica corría a cargo del extraordinario motor de 6 cilindros de 2.8 litros que pasó de 177 a 201 HP. Este motor daba una respuesta impresionante con un torque adecuado y consumos promedios. El sonido que emitía el motor era una de sus características más destacables.
Una transmisión automática con modo triptronic de 5 velocidades sacaba provecho de lo que el motor era capaz de hacer. Una suspensión firme así como una dirección precisa nos recordaba la orientación deportiva del Jetta.
El Jetta VR6 en su versión GLX fue un claro ejemplo que el lujo y la deportividad pueden ir a la par. Un modelo aún codiciado por los apasionados de los productos Volkswagen y por aquellos que admiran la tecnología alemana.